martes, 15 de marzo de 2011

En llamas

Vale, vale, esto tendría que haberlo publicado ayer, I know, pero es que estuve ocupada viendo Secuestrando a la señorita Tingle para recordarme que secuestrar y putear a profes no es buena idea, xD.

Por otro lado, y bajo ese pedazo de título taaaan currado y taaaan sutil, voy a escribir sobre algo que no suelo hacer: segundas partes de una saga. Sin embargo, Los juegos del hambre se lo merecen porque es una saga alucinante, distinta, que merece la pena.

Si no tenéis ni idea de lo que hablo, podéis leer la reseña que hice de la primera parte aquí y que no tiene spoilers. A partir de aquí, sin embargo, hay spoilers a porrillo. Aviso.

En llamas retoma la historia allá donde la deja Los juegos del hambre: tanto Katniss como Peeta han regresado a casa, aunque el Capitolio los tiene en su punto de mira (sobre todo a la chica) porque han interpretado el inteligente movimiento de Katniss para que ambos se salvaran como un acto de rebelión. Katniss se ha trasladado junto a su madre y su hermana a una bonita casa en el barrio de los vencedores, por lo que es vecina tanto de Peeta como de Haymitch. No obstante, éste último ha vuelto a beber sin parar y desde el final de la novela anterior la relación con Peeta es, cuando menos, tensa.

Además, para más inri, Gale también se muestra distante con Katniss por todo lo sucedido en el primer libro. Aunque, claro, las delicadas y complicadas relaciones que mantiene Katniss con la gente de su entorno no es nada cuando, un buen día, el presidente Snow (el líder del Capitolio) se presenta en su casa para, básicamente, amenazarla un poco. Y es que Peeta y ella tienen que realizar un tour por los distintos distritos como es costumbre cada año para los vencedores de Los juegos del hambre. Snow le informa de que al hacer lo que hizo al final de los juegos (amenazar con suicidarse si Peeta moría) sembró la revolución y ahora debe portarse bien, además de demostrar que su relación con Peeta es real, o las cosas le irán mal.

Durante el tour por los distintos Distritos, Katniss descubrirá que algo está cambiando en los Distritos, que empiezan a revolverse contra el Capitolio. Además, hace las paces con Peeta y, por si fuera poco, su pantomima va un paso más allá pues acaban prometidos. Sin embargo, apenas pueden hacer frente a la boda y es que han llegado los 75º Juegos del hambre, lo que significa que también ha llegado el tercer Vasallaje de los veinticinco (que se celebra cada veinticinco años, of course). Las reglas de los juegos se ven alteradas en el Vasallaje y ese año no es para menos: los tributos serán elegidos entre los ganadores de los anteriores juegos. Es decir, Katniss volverá a la arena sí o sí, al igual que Peeta pues, aunque el elegido sea Haymitch, el chico le cambiará la posición.

En llamas es todavía más adictivo que Los juegos del hambre y puede ser porque me lo leí en apenas dos día también, pero me resultó todavía más impresionante y más cruel y con giros más asombrosos. A destacar ese final que me engañó por completo: y es que yo estaba segura de que Haymitch estaba planeando algo por su cuenta, más allá del plan que tenía acordado con Katniss y del que, suponía, mantenía con Peeta. Sin embargo, creía que lo que pretendían era salvar a Peeta a toda costa y no a Katniss como al final resulta.

Por otro lado, además de regresar los personajes del libro anterior, se introducen una buena cantidad de personajes nuevos a los que enseguida cogí cariño: a los tributos del distrito 3, Beetee y Wiress; también a los del distrito 4, Mags y Finnick... Lo que me lleva al tema de muertes. Esta claro que en una saga como esta es cuando menos arriesgado encariñarse con un personaje, pero es que ha habido de todo tipo: salvajes, frías... Y si en Los juegos del hambre casi se me rompe el corazón con la de Rue, aquí me ocurrió con la de Mags y también la de Wiress.

Aunque ninguna muerte me dolió más que la de Cinna. ¡Oh, Cinna, con lo que yo te adoraba! Eras tan listo, tan inteligente, tan normal para ser del Capitolio... Y tuviste ese golpe tan alucinante de "obedecer" a Snow y vestir a Katniss con su traje de novia para luego quemarlo y vestirla de Sinsajo. ¡Madre, qué escenón! Pero, claro, te costó la vida y yo aún sigo pensando en la rabia que me dio, en lo injusto que me pareció. ¡Maldita Suzanne Collins!

Por otro lado, se potencia un poco más el triángulo amoroso: Katniss no sabe lo que quiere o lo que siente, mientras que tanto Peeta como Gale sí que tienen las cosas claras. Llegada a este punto diré que siempre he sido Team Peeta y, voy más allá, Gale me caía como el culo en la primera parte y eso que apenas aparecía... En esta segunda parte tiene más papel y, efectivamente, me sigue pareciendo un petardo como una casa de grande por mucho que lo pinten de machote de la vida.

Ya no es sólo que crea que Peeta daría lo que fuera por Katniss y Gale no o que siempre creeré que Peeta conoce mucho mejor a Katniss que Gale, por mucho que estos dos últimos sean amigos de toda la vida. Es que Gale me cae mal como persona. A ver, entiendo que es duro ver a la chica que te gusta fingiendo una historia de amor con otro y que, además, a ti te conviertan en el primo para no levantar sospechas, pero, joder, Katniss y Peeta han tenido que hacer todo eso para salvar el pellejo. Vamos, no es que estuvieran disfrutando ni nada, ¿eh? Luego, por otro lado, me parece que más que rebelde, es radical y yo soy de la opinión que los extremos en ese sentido nunca son buenos ^^U

He seguido adorando a Peeta, su forma de hablar, de pensar, la forma en relacionarse con Katniss... Ainss, me tiene loquita y creo que no soy nada parcial en el tema. También me sigue encantando Haymitch y me hizo muy, muy feliz conocer su pasado en los Juegos y cómo venció, sobre todo porque lo que hizo también encendió las llamas... Como Katniss. Y, bueno, aunque su plan provocó que Peeta acabara en manos de el Capitolio, se lo perdono porque, sinceramente, creo que no era su intención.

Y, para acabar, diré que me he reconciliado con Katniss. No sé, puede que sea porque ya la conozco o porque la pobre ha tenido que lidiar no sólo con Snow y el Capitolio puteándola, sino con el petardo de Gale en plan dolido y sus propias dudas sobre a cuál de los chicos prefiere. La cuestión es que la tía me ha encantado en esta entrega porque sigue siendo una superviviente nata y, además, parece que va madurando y siendo consciente de cómo son los demás ^^

PD: He echado de menos a los chicos de El barco. ¡Quiero ver los flashbacks de Burbuja YA!

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