sábado, 14 de mayo de 2011

El nombre del viento

El año pasado en Navidad le regalé a mi padre El nombre del viento porque todo el mundo hablaba muy bien de él y tanto mi señor padre como yo estábamos intrigados con el libro. Sin embargo, tardé más de un año en cogerlo porque, por un lado, me enganché a otros y, por otro, porque ya me veía sufriendo por otra saga. Sic. En serio, me paso la vida esperando que salgan libros, aunque, claro, nada es como Dance with dragon de George R. R. Martin... Vale, vale, soy una pesada, pero es que llevo tanto esperando...

Bueno, a lo que iba, que comencé a leer El nombre del viento sin saber muy bien qué me iba a encontrar porque tras más de un año la cosa se había enfriado. Fue leer el prólogo y darme cuenta de que estaba ante un señor libro, uno magníficamente escrito. Fue continuar y descubrir que tenía razón.

El nombre del viento nos presenta a Kote, un humilde tabernero que, en realidad, es más que eso. Y no sabemos cuánto más. Kote se dedica a cazar demonios y en medio de una caza se encuentra con un hombre al que ayuda y acaba llevando a su taberna. Dicho hombre es conocido, entre otros nombres, como Cronista y, como se puede deducir, se trata de un cronista, de alguien que escribe sobre la vida de personas famosas. Cronista descubre que Kote en realidad es un personaje pintoresco, importante, protagonista de un montón de historias en las que es héroe o villano: Kvothe.

Así, tras negociarlo, Kote/Kvothe accede a contarle a Cronista la historia de su vida, aunque le advierte que tardarán exactamente tres días. A los dos se les une Bast, el aprendiz de Kvothe, por cierto.

El nombre del viento es la primera parte de la trilogía titulada Crónica del asesino de reyes, es el primer día de la historia de Kvothe. En ella se recoge la infancia de Kvothe y sus primeras vivencias universitarias. Y es que la novela se sitúa en un mundo imaginario y medieval donde existe la magia (aunque se le denomina “simpatía”) y se imparte en la Universidad. Pues bien, en este primer día de crónica Kvothe nos explica cómo él, un chiquillo extremadamente inteligente que se ha criado entre un grupo de artistas itinerantes, empieza a conocer la magia de la mano de Abenthy, un arcanista.

También nos cuenta el principio de su obsesión con los Chandrian. Los Chandrian son, a priori, meros personajes de cuento, los típicos demonios de leyenda que se emplean para adoctrinar y asustar a los niños. Claro está, hay algo más. De hecho, los padres de Kvothe los investigan a conciencia, lo que acaba provocando que los masacren y que Kvothe se jure el vengarlos, además de descubrir qué narices ocurre con ellos.

Patrick Rothfuss, el autor, ha logrado crear una matrioska literaria. Me explico. Crea historias dentro de otras más grandes. Logra combinar magistralmente varias historias distintas, además de dos líneas temporales distintas (el presente y el pasado); además, no sólo se limita a desarrollar la infancia de Kvothe, sino que va sembrando otra serie de historias distintas: de misterio, de amor, de amistad... Rothfuss mezcla en un solo tomo varios géneros y lo hace de forma perfecta.

En mi opinión es muy, muy inteligente, pues, aunque te adelanta hechos que vendrán, lo hace de tal forma que te mueres por curiosidad por leerlos. Por ejemplo, nada más leer la contraportada descubrimos que Kvothe no sólo entró en la Universidad muy joven, sino que le echaron pronto. Lo sabes, pero, aún así, quieres saber qué narices ocurre para que acabe sucediendo.

El nombre del viento es una novela de fantasía épica, pero no es una habitual, una más. No se parece a El señor de los anillos, ni siquiera bebe de ella o de otras grandes sagas clásicas como Dragonlance o las novelas de Terry Pratchett. En varias páginas y blogs he leído que se parece a Canción de hielo y fuego, aunque no estoy demasiado de acuerdo. No me malinterpretéis. El nombre del viento es una señora novela, la devoré en dos o tres días a pesar de ser un tochón, está muy bien escrita y es muy inteligente, pero... Es que Canción es mucha Canción.

Es decir que no es una novela fantástica al uso, aunque sí que contenga ciertos elementos típicos del género. Al igual que Canción de hielo y fuego puede disfrutarla cualquiera, incluso aunque no le guste la fantasía porque, más allá de magia o seres mitológicos, lo que ambas cuentan son historias de personajes. En este caso el autor se centra exclusivamente en Kvothe, siendo el centro de su universo y apareciendo los demás personajes a su alrededor. Es decir, que obtenemos su punto de vista todo el rato, nos vemos poseídos de algún modo por Kvothe y vemos las cosas como él.

Y como Kvothe es un personaje interesante y complejo resulta una lectura adictiva. Kvothe logra embrujarte como Escarlata O’Hara con los hombres en Lo que el viento se llevó. Kvothe tiene sus defectos y sus virtudes, lo que hace que enseguida te encariñes de él, a pesar de que sea tan listo y tan habilidoso. Porque, vamos, McGiver no es nada al lado de Kvothe que es actor, músico, ladrón, arcanista... Sin embargo, a pesar de todo lo que sabe hacer, Kvothe no deja de ser un muchacho con los problemas que, manteniendo las distancias, claro está, hemos tenido todos: el estar perdido, el no saber qué hacer, que todo te salga mal, que los estudios te vuelvan majara... Al igual que el amor.

Resumiendo, un libro que recomiendo encarecidamente. El nombre del viento es un libro que se debería leer sí o sí. Ágil, fresco, entretenido, divertido, interesante... Patrick Rothfuss crea un personaje y un universo dignos de conocerse y, además, lo hace con un alarde de narrativa que ya quisiera yo para mí.

Por cierto, si os interesa el tema comentar que la segunda parte, El temor de un hombre sabio (¡me encanta el título!), saldrá en España en Noviembre y que la tercera parte (de momento, Las puertas de piedra), aunque ya está escrita, no está preparada por Rothfuss sigue puliéndola.

7 comentarios:

  1. Pinta muy bien, en cuanto vuelva a tener tiempo para leer, me pongo a ello, eso sí, en edición de bolsillo, porque vaya tochazo!
    Laija99

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  2. Jamás entenderé a la gente que le gusta este libro. Está bien escrito y cambia de forma "inteligente" algunos tropos muy manidos pero es aburrido, sin trama definida, con un final insulso y poco climático (el combate contra ambrose aka draco malfoy) y con uno de los protagonistas más insoportables que he leído jamás. Ni es complejo ni tiene defectos; es un Mary Sue de manual, perfecto en todo lo que hace, admirado por todos excepto por los villanos maniqueos, y que jamás, ni en este libro ni en el siguiente -aún más horrendo- el temor de un hombre sabio (o cómo Kvothe es un dios del sexo) cambia en su personalidad. Lo único que hace es subir de nivel cual videojuego; adquiriendo habilidades que le hacen aún más impresionante de lo que ya es.
    Sin mencionar los abominables secundarios, empezando por la repugnante Denna q es básicamente una calientapollas, y pasando por el efebo-cabra, un adulador vomitivo que intuyo que mantiene una relación pedófila con Kvothe, el hombre más inteligente, más guapo (con pelo intensamente rojo y ojos intensamente verdes) y más jodidamente perfecto de la historia.
    Luego, los antagonistas, que daban juego por esa intuida temática de que Kvothe persigue mitos y al final él mismo se convierte en uno, son seres que provocan delirio por su absurdez: matan a aquellos que osan cantar una canción sobre ellos...
    Un saludo.

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    Respuestas
    1. Veo que Kvothe te cae bien, ¿eh? Jajaja, bueno, a mí es un personaje que sí me gusta y que me parece complejo precisamente por la evolución que tiene. El contraste entre el Kvothe del principios (ese niñato listillo que se cree mejor que nadie) y el del presente es muy fuerte y, de momento, me está gustando su evolución a lo largo de las dos novelas. Además, yo sí creo que tiene defecto. Vale, se le da bien muchas cosas, pero también es prepotente, pedante y muchas veces se mete en líos por pasarse de listo. Personalmente, creo que los defectos son rasgos del carácter, no saber hacer todo perfecto, aunque, sí, Kvothe peca de eso.

      En cuanto a los secundarios, hay de todo. Denna no me gusta, nunca me ha gustado y no me atrevo a decir si lo hará porque está claro que oculta algo. Pero sí que hay otros que me gustan como los amigos de Kvothe o Elodin.

      A mí los Chandrian sí que me intrigan y que maten a aquellos que hablen de ellos no me parece una absurdez. La mejor manera de pasar desapercibidos y, por tanto, poder hacer lo que sea es que nadie sepa de su existencia. Además, se supone que aquí los nombres tienen poder e, imagino, que los tiros irán por ahí, que no quieren que nadie pueda descubrir sus nombres o algo así.

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    2. Va, siendo sincero no me pareció un mal libro. El problema que tengo es que odio todo lo que se pone de moda, como juego de tronos o ahora el nombre del viento. Me lo leí en su día cuando no era muy conocido y sí me gustó, sobre todo por cómo está escrito. Aún así mantengo lo de Kvothe y es lo que realmente me molestó de esta novela. Yo no creo que evolucione en absoluto -en los dos libros- me parece exactamente igual, excepto por cómo es en la actualidad como tabernero, y apenas se intuye que le ha podido provocar ese cambio porque, en mi opinión, no se ve castigado por esa prepotencia -que no es prepotencia en realidad porque realmente ES lo que presume-. El único defecto que le veo es su pagafantismo selectivo con Denna. Y sí, Elodin es de los personajes que más me gustan, junto con Auri.
      Felicidades por la página, por cierto jeje
      Un saludo.

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    3. A mí lo que me suele pasar con las cosas que se ponen muy de moda es que me da pereza verlas o leerlas. Por ejemplo, ahora está todo el mundo que no caga con Bajo la misma estrella y a mí me da perezón.

      Yo lo de Kvothe con Denna no lo entiendo. Para nada. Pero si ella le trata fatal. Es curioso que alguien que se tiene a sí mismo en tan alta estima, pierda la cabeza todo el rato por alguien que le miente y se aprovecha de él constantemente.

      A mí sí me pareció que va madurando, aunque siga siendo un prepotente (vale que sea alguien muy capaz, pero también se cree alguien mejor de lo que es; por ejemplo, cuando se empeña en recibir lecciones de Elodin y se pega un tortazo). Lo que pasa que, claro, nos falta por leer la última parte, que me imagino que será cuando se pegue el hostión padre.

      Gracias =D

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    4. Luego en el temor de un hombre sabio se convierte en un dios del sexo y mete fichas aquí y allá pero con Denna sigue siendo un calzonazos jaja. Por cierto, veo que no has hecho crítica de la, en mi opinión, deleznable secuela, no sé qué te parecería a ti. Por un lado, sigue estando muy bien escrito pero por otro la trama es un eterno desvío: para ganar pasta se va la hostia de lejos a aconsejar y de paso resolver un intento de asesinato, la historia se desvía en una absurda misión de cazar bandidos, nuevamente se desvía al conocer a la diosa del sexo -ancestral- la cual sucumbe ante el virginal muchacho, y se vuelve a desviar para resolver el asunto de los adem y de paso subir de nivel al personaje (la adem me pareció la cultura más atroz que he leído jamás, sobre todo con ese asunto de la promiscuidad -y al parecer la absoluta ausencia de enfermedades venéreas- y la creencia de que las mujeres eran las únicas responsables de la procreación). La cosa no acaba ahí y la historia se vuelve a desviar para contar cómo Hércules.. digo Kvothe se enfrenta a un grupo de edena ruh (gitanos tolkienianos) para finalmente volver a la universidad no habiendo resuelto NINGUNO de los interrogantes del primer libro sobre los Amyr y la calaña que mata gente por cantar canciones jaja.
      Me gustaba del primer libro que se diese un halo de realidad a los mitos, por ejemplo, cuando explica que usaba pociones para no sangrar y que por ello la gente le llamaba el sin sangre, cuando se descubre que el dragón en realidad es otra criatura diferente menos ofensiva ¿era draccus?, o cuando se piensa que él ha quemado la ciudad aquella pero en realidad no es intencionado... en el segundo libro la leyenda dice que hay una diosa ancestral del sexo y la realidad es... que hay una diosa ancestral del sexo... muy decepcionante.
      Un saludo ;)

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    5. En general, no suelo reseñar segundas partes, aunque a veces me da por ahí, xDD.

      A mí la secuela me gustó, aunque estoy contigo en que no resolvió nada y, jolín, yo esperaba que Kvothe encontrara algunas respuestas al fin. Pero no, sólo tuvimos más interrogantes y, de paso, más sospechas sobre Denna porque esa parte en la que va con ella y se topan una masacre. Es en este, ¿verdad?

      También hubo ciertas partes que se me hicieron algo pesadas, como la de Felurian y las luchas de los Adem, pero en general me gustó. Es que es un libro de aventuras, entonces el prota va de una aventura a otra y tiro porque me toca. Que, también, en este caso es lógico para que Kvothe se gane la reputación que tiene. Además, me pareció que era un libro muy entretenido, que siempre estaban pasando cosas y aparecían personajes interesantes como Auri.

      Y dado que los Chandrian son seres mitológicos que también son reales, no me esperaba menos de Felurian ;)

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