jueves, 12 de septiembre de 2013

Vive cantando 1x02 - Con los años que me quedan

Tras ver el primer episodio de Vive cantando, me planteé hacer crónicas y tras ver el segundo y confirmar la grandeza de Trini y cía, no he podido resistirlo. Yo tengo que comentar las aventuras de esta gente comandada por un par de protagonistas que me tienen enamoradita tras sólo dos episodios. Además, este segundo me gustó más que el primero, lo que es todavía mejor ^^

Y, como acostumbro, voy por tramas.

Pues comienzo con mi querida Trini, que, al igual que su familia, debe adaptarse a la ausencia de Luisa. La cuestión es que Trini ha decidido quedarse al frente de la familia y, bueno, digamos que desde el principio se lo ponen súper sencillo, pues los vecinos no hacen más que darle ánimos: que si el papeleo, que si renuncias a todo para quedarte para siempre... Vamos, que era como para intentar cortarse las venas con las patatas fritas del bar, macho.

La pobre Trini recibiendo los ánimos de los vecinos... y, anda, si es Juanjo también, uy, qué casualidad...

A todo esto Paula nos va poniendo al día de como lo llevan todos, que si ella está bien, que si Nacho está mejor, si El abuelo está más cascarrabias...

Al día siguiente, tras que Trini apenas duerma al llegar a las tantas, la familia entera desayuna y los cuchillos vuelan por la cocina. Ainss, qué hostilidad hacia la pobre Trini, en serio, ni que fuera pateando gatitos por las esquinas. La cosa es que Nacho necesita una mochila nueva, porque la suya parece un proyecto de Jordi Cruz, pero no hay pasta porque Trini, de momento, no ha encontrado trabajo... y va a ser que de arregladora de mochilas tampoco.

Me encanta la mochila galáctica, que lo sepáis, si es que queda de apañada, xDD.

Después, mientras Trini intenta hablar con Paula sobre El abuelo y ésta se pira muy poco delicadamente, Nacho ve como El abuelo deja un mensaje en el móvil de Luisa. Y yo ya aquí estoy con la patata encogida, que este hombre me provoca mucha ternura, qué le voy a hacer. Ainss.

De vuelta del cole, Trini se encuentra con Juanjo. Yo ya doy botes en el sofá, que estos juntos son la bomba. Ambos están contándose sus penas en el karaoke, cuando aparece César y, al enterarse de que Trini busca empleo, le hace ver a Juanjo que no es buena idea contratarla porque, básicamente, donde tengas la olla, no metas la... Pues eso. Trini, en ese momento, recibe la llamada del psicólogo del instituto, así que, antes de irse, les pide que si saben algo, que se lo digan. Ay, almas de cántaro, ¿no veis el gran fallo de vuestro plan? Que tarde o temprano se va a enterar de que no la habéis contratado y se va a liar parda.

Por su parte, Trini se reúne con El psicólogo (que es Leo Rivera, mucho love por él desde 7 vidas) para hablar de Paula. Trini le cuenta que su sobrina no le hace ni caso, así que le recomienda que lo haga vía móvil. Además, como también le cuenta que anda buscando el trabajo, le dice que andan buscando señora de la limpieza.

Mientras tanto, Nacho le cuenta a su hermano lo que ha visto, así que Paula le dice que tienen que guardar el secreto porque, si Trini se entera, lo manda a una residencia fijo. Paula también le cuenta que la pelea de Trini con su padre vino de que, cuando su madre enfermó, ella quiso mandarla a una residencia. Está ahí, en plan, "Trini es el Anticristo", cuando la ve limpiando y se pira tan agradablemente como antes.

Paula: ¿Qué hace Ana Botella metiéndose en clase de inglés con una relaxing cup of café con leche?
Nacho. Pues por ahí viene la tía...
Paula: ¡PEOR!

Para poder hablar con Paula vía whatsapp, Trini decide usar el móvil de su hermana, ya que ella no tiene dinero para comprarse uno nuevo. Así, es como descubre los mensajes que su padre le deja a Luisa. Por eso, al día siguiente, en el desayuno, Trini se fija en su padre, mientras los nietos se toman el café y la leche con sal. Eso es amor de nietos, desde luego. Sin embargo, Trini se da cuenta de lo que pasa y, encima, su padre la llama "Luisa".

Por eso, se presenta en el despacho del Psicólogo y despacha al niño que estaba con él (desconozco si le ha creado algún nuevo trauma con sus consejos. Pero, ya sabéis, la bollería industrial es caca; consejo patrocinado por Trini) para contarle lo de su padre... justo cuando él le deja otro mensaje. Encima, en ese mensaje, dice cosas bonitas de ella y Trini empieza a desbordarse. El psicólogo le aconseja que vayan al médico para saber a qué atenerse.

"¿Se meten contigo por ser gordito o es por las gafa?"
En algún lugar del mundo, un psicólogo de pago se está frotando las manos ante el nuevo cliente, xD.

Trini sale a tomar el aire y se encuentra al chico que le mola a Paula fumando, así que se ponen a vacilarse y ella le acaba pidiendo ayuda con el Whatsapp. Así, le manda uno a Paula, que se pone a despotricar, y Alma le dice que tampoco le cuesta contestarle. Es que es eso, joe, cuánta hostilidad hacia su tía que, encima, es la que está impidiendo que los manden a un internado. No sé, llamadme rara, ¿eh? Pero es que yo no entiendo la manía que le tienen a Trini en casa. ¿De verdad que no patea gatitos? ¿De verdad?

Por si las cosas entre tía y sobrina no andaban demasiado tensas, Paula se encuentra a Trini en las escaleras esas con el chico que le gusta (el hermano de Alma, vamos) y se pone en plan histérica. Trini le dice al chico que su sobrina no está loca, sí, la otra ahí delante; él dice que es algo rarita, y a Trini no se le ocurre nada mejor que soltar que ya le gustaría catarla y que aún tienen que crecerle las tetas, xDDD. LOL, Trini acaba de superar a Iván en lo que a psicología se refiere, xDD. Soy muy fan de esta mujer, seriously, muy fan.

Esta escena es too much for me, me encanta, xDD.

Más tarde, en casa, Nacho la descubre buscando la tarjeta de la seguridad del Abuelo y, claro, como ya iba predispuesto por la hermana, le monta un pollo. Paula llega en ese momento, así que la situación no mejora. Trini intenta explicarles que la historia no es así, que ella quería contratar a una enfermera y que si no regresó a casa fue porque sentía que su padre la miraba como si la cagara todo el rato. Paula le dice que la caga todo el rato y que se pire. Claro, porque quedarse a cargo de un abuelo que no está bien y siendo ellos unos críos es un plan fantabuloso de la leche. Trini no puede más, así que se marcha. Qué auto-control, yo hubiera tirado a la niña por la terraza.

Al salir, se encuentra con La cotilla que le da los papeles para quedarse con los niños, así que Trini los tira a la basura y se va al karaoke. Trini le cuenta lo que le pasa a Juanjo y él la hace sonreír y están tan majos ellos... cuando Trini descubre que han contratado a una camarera. Lo que yo no sé es cómo Juanjo no ha caído en que se iba a enterar más tarde que temprano, la verdad. Trini, evidentemente, se china de lo lindo y, en ese momento, llega El psicólogo, así que se va con él y Juanjo se nos pone celoso.

Yo me quedo con la escena bonita antes de que todo se fuera al garete ^^

Al día siguiente, Trini amanece con El psicólogo y, como no logra echarlo de casa discretamente, lo planta en el salón como si fuera un ficus y les cuenta a los sobrinos que el muchacho la acompañó a casa y ha dormido en el sofá. Paula no se lo traga, deduce lo que ha pasado y se ofende, por lo que Trini también se ofende y, encima, aparece El abuelo y Paula le dice que Trini lo quiere mandar al asilo. Trini ya estalla y les dice que le prometió a Luisa que los iba a cuidar y lo va a hacer, que se perdió muchas cosas al no volver y no se va a perder más cosas.

Entonces se pira, en pijama, y dejando al Psicólogo-ficus ahí. Pobrecito. Menudo trago. Cuando él se va, El abuelo habla con sus nietos y les dice que lleva mal un tiempo, pero que Luisa se encargaba de darle pastillas... que, claro, nadie sabía que tomaba, así que nadie se las daba y la cosa iba empeorando. El hombre les cuenta que se acuerda de que Luisa está muerta, que la echa tanto de menos que la llama, para escuchar su voz, y que el dejarle mensajes le ha ayudado.

Por su parte, Trini se ha ido a la papelera a recuperar los papeles y Juanjo se acerca a saludarle, aunque acaban lanzándose pullas. Juanjo le dice que por eso no la contrató, porque siempre la lían... y en ese momento Paula le envía una carita sonriente al Whatsapp y Trini se nos pone tan contenta ^^ Trini vuelve a casa y escucha un mensaje que Paula le ha dejado a su madre y donde se reconcilia con ella. Y, jo, qué bonita es esa última escena :3

Más majas ellas ^^
Por cierto, Ana Mena es súper natural actuando. No la había visto antes, pero me mola, sep.

Por otro lado, en este episodio se acerca la reapertura de La Bamba, el karaoke de Juanjo, y César, el teletubbie humano, está pletórico... más de lo habitual, quiero decir, así que me despierta a Juanjo cantando Color esperanza. Luego lo tildarán de mala leche, pero yo hubiera matado a César de un zapatillazo asesino cargado de mala baba. Just saying. Bueno, que me enrollo, Zipi y Zape deben buscar a una camarera porque, según la filosofía Juanjiana, no hay local que funcione sin un buen par de tetas.

Total, que se ponen a buscar camarera y yo me declaro fan, pero fan, del método de César para entrevistarlas. A Juanjo no le mola tanto como a mí y está a punto de chinarse, pero no lo hace demasiado. Seguramente para no matarlo, lo manda a pagar la licencia del karaoke y César va, encontrándose en el cajero con una chica (Roko, vamos) que ha perdido la cartera. César, que el pobre es tó buena gente, le da dinero para que coja un taxi y vaya a la comisaría a poner una denuncia. También le da una de sus tarjetas del karaoke y, cuando se va, aparece un tío con el que se choca. Y es que resulta que Roko y el chico estaban compinchados y le han birlado la cartera, aunque a ella le da dolor de corazón.

De vuelta en La bamba, César no encuentra su cartera y Juanjo tarda cero coma en deducir lo que ha pasado: porque, claro, es de lo más lógico que una chica mona se fije en César, xDD. Hijo, que mala leche, que el pobre tampoco es un orco de Mordor.

Juanjo a lo Sherlock deduciendo todo y sin alardear, oyes. Qué hombre más listo (y qué voz tiene y que... paro, paro)

Al día siguiente, Roko va al karaoke a devolverle la cartera a César... vacía, porque el novio se ha puesto como un basilisco cuando ella se ha ido de casa. Encima, ella le dice que se la devuelve por el DNI y la foto de un señor gordo que será su padre... y, no, es él. Eso es puntería, muchacha. Ésta, por cierto, se llama Lucía y se va a regresar a su pueblo, cuando a César se le ocurre una idea.

Entonces, cuando Juanjo llega todo rebotado porque no le ayudan con el tema de la licencia, se encuentra a los otros dos cantando Color esperanza... y se nos da al whisky. Si tan mal no lo hacen y quedan tan sumamente monos ahí todo sonrientes; si es que parecen los dos sacados de la calle de la piruleta, son tal para cual. Cuando acaban, César le cuenta a Juanjo que es su nueva camarera y Juanjo Holmes vuelve a hilar en cero coma y deduce que es la chica que le robó. César le suelta un discurso sobre segundas oportunidades, que lo ablanda (como siempre, vamos, si César debería apellidarse Millán por eso de ser encantador de perros y tal, xDD).

Estos son tal para cual, seriously.

Y Juanjo se nos abandona a la bebida, si no cantan mal. De hecho, César ha mejorado desde por la mañana.

Juanjo empieza a enseñarle a Lucía, pero la muchacha es un poco desastrosa. No obstante, cuando le preguntar qué haría si a las tantas le llega un borracho, ella demuestra tener bastante tacto y Juanjo se acaba ablandando y la contrata. Ainss, si eres como Verónica Mars, duro por fuera, pero un dulce por dentro ;P

En la re-apertura, por si Juanjo no tenía suficientes problemas con Trini cabreada (súper genial la bronca con los títulos de las canciones), aparece el ex de Lucía para llevársela. Juanjo saca al caballero andante que lleva dentro y acaba pegándose con él, por lo que acaba con un ojo morado... y una señora multa de ochocientos euros por abrir sin licencia. Joe, me ha dolido hasta a mí y eso que no pago. Ochocientos euros, ainss. Los tres empiezan a echarse culpas, aunque es Lucía la que los desarma cuando se va con sus maletas.

Luego, a César se le ocurre alquilar un trastero de su abuela para conseguir dinero, pero Juanjo le frena. César cree que se van a rendir, pero Juanjo le dice que no y que, además, en el barrio les necesitan. Además, César descubre que Lucía sigue ahí y se queda flipado. Por eso, Juanjo le explica que abrió el karaoke porque le gustaba una chica, una chica a la que le gustaba cantar y que pensó que, así, podría verla todos los días... pero fue una cagada... pero los mejores momentos de su vida los ha pasado allí, allí con ella y que cree que César tiene derecho a vivir lo mismo. Evidentemente, durante la historia, yo estaba ya vomitando arcoíris tan feliz, qué bonico Juanjo montando el karaoke por Trini :3

Yo sólo les pido una cosa a los guionistas: que estos canten algún día Hay un amigo en mí porque tiene que molar cantidad ver algo así.

Y, para acabar, más que nada porque han estado al margen del resto, voy con el matrimonio de Mariano y Candela, que, tras que ella descubriera que él estaba enamorado de Luisa, no pasan por su mejor momento. De hecho, Candela tiene mal aspecto como se lo hace notar su cuñada sin delicadeza alguna. ¿Para qué? Si, encima, antes de cuñadas, son amigas.

Y mientras Candela anda aguantando a la cuñada, está haciendo una tortilla, que le queda cruda y, cuando el marido se lo hace notar, ella le deja muy claro que su tortilla es así y que, si quiere otra, que se largue. Entonces, Ceferino, señala que, quizás, le está diciendo otra cosa. Oye, un sabueso, ¿eh? ¿Será familiar de mi adorado Nacho Castro? Ceferino, mostrando de nuevo sus dotes de deducción, le pregunta qué les pasa porque llevan ya tres semanas así.

Total, que le cuenta lo que sucede... mientras van cambiando de tema cuando Candela aparece. Qué discretos, xDD. Ceferino le dice que el problema está en que se ha callado y ha dejado que Candela se imagine cosas, así que debe contarle la verdad.

Disimulando, por si no se notaba, xD.

Por la noche, el hijo va a cenar a casa de sus tíos (La cotilla y el teniente coronel Armenteros, que sí, en mi casa los llamamos así) y al muchacho se le van los ojos tras Alma (que también se nos ha quedado con ese nombre), así que recibe una colleja de Armenteros... y nosotros ya estábamos con las coñas de los cigarritos envenenados, es lo que tiene verlo durante un año en Amar, que las coñas no se nos olvidan, xD. El muchacho, por cierto, cuenta que sus padres duermen separados desde hace unas semanas y La cotilla está a punto de encender radio patio, vamos.

Mientras tanto, Mariano le cuenta a su mujer que no hubo nada, que sólo hablaba con Luisa, y ella le dice que es peor de lo que se había imaginado: que está enamorado.

Al día siguiente, la pobre Candela está ahí, trabajando como buenamente puede, cuando su cuñada le está contando lo de los papeles de Trini y, también, que se ha enterado de que Candela ya no duerme con su marido. Ésta ya llega a su límite y se pone en plan Taylor Swift on (y, oye, esto es una serie musical, cualquier día podría componerte una canción poniéndote a parir, Cotilla). Como Candela sigue on fire decide irse a la inauguración del karaoke con La poli, mientras Mariano no entiende nada: si no habla mal, si habla también.

Por la noche, en el karaoke, Candela le cuenta a su amiga, La poli, que le va a pedir el divorcio al marido, cuando aparecen Los cuñadísimos y Candela y La cotilla acaban haciendo las paces. Armenteros, a todo esto, va a hablar con Juanjo para darle dos opciones de cómo evitar problemas con los ruidos: o insonoriza el local o le paga unas dobles ventanas. Hala, ahí queda eso. Menudo morro, macho, xDD.

Mientras, Mariano le cuenta a Cefe (yo ya me traigo confianzas) como le pidió matrimonio a Candela, cantándole con la tuna y que nunca más ha visto a Candela tan enamorada. Por eso, al día siguiente se presenta en el bar con una banda de mariachis y le canta Con los años que me quedan y, bueno, cantar, cantar... pues Javier Cifrián como que no canta demasiado bien, peeeeero la escena les ha quedado todo tierna y bonita y yo estaba haciéndole los coros en casa (que yo canto peor todavía... no sé cómo no llovió por aquí, xDD).

Ainss, estos dos me dan una pena T0T

Al cerrar el bar, Mariano está tan contento porque cree que todo está bien, pero Candela cree que ya no son felices, que a ella ya no la quiere y que, por eso, tienen que dejarlo.

Eso es todo por esta semana. La semana que viene nos vemos con las nuevas aventuras de Trini, Juanjo y compañía, que pintan muy bien (me declaro fan desde aquí de la escena de Trini buscando el diario de Paula y eso que le ha dicho a Juanjo que no lo iba a leer, xDD).

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