jueves, 3 de octubre de 2013

Vive cantando 1x05 - Euforia

Una semana más os traigo la crónica del episodio de Vive cantando y, además, la estoy escribiendo emocionadísima porque ha sido un pedazo de episodio y porque ha pasado algo que me ha hecho muy feliz... que no va a durar mucho, peeeero yo lo disfruto igualmente, que ha sido muy, muy guay.

Empiezo, como siempre, por la trama de Trini que hoy, en vez de estar centrada en su relación con un miembro de su familia, lo ha estado en ella y sus sueños. Y es que hoy Trini ha recibido la visita de Willy, que es Alex de OT, así que ya sabéis como lo voy a llamar. Alex es un guitarrista amigo de Trini que va a grabar un disco, aunque necesita una cosa para poder hacerlo: una cantante. Willy/Alex le pinta todo que ni La abeja Maya, ya sabéis, un país multicolor y tal... y, sí, he tenido que hacer el chiste, era demasiado fácil como para dejarlo correr, xDD.

Alex (cantando): En un país multicolor, nació una abeja bajo el sol... Maaaayaaaaa...
Trini: Que Maya ni que ocho cuartos, Tri-ni, ¡me llamo Trini, copón!

Trini, en un principio, decide rechazar la oferta porque tiene que cuidar a la familia. De hecho, ella sigue con sus cosas: cocinando cosas incomibles, que luego tira a la basura con plato y todo cuando no se la quieren comer.

Más tarde, se carga un vestido de gala y se está quejando con Nacho, cuando él le dice que lo pueden coser y la enseña la máquina de coser que usaba su madre, que en realidad era de la abuela de Trini y Luisa. Trini también encuentra un antiguo disco suyo, que no tiene desperdicio, por cierto, pero se olvida de eso enseguida porque Paula le cuenta que a Luisa le encantaba el diseño y coser, pero que no tenía tiempo para dedicarse a eso por cuidar de ellos. A Trini eso nos la trauma un poco y tarda cero coma en quedar con Alex en La Bamba donde 1) acepta la oferta; 2) Juanjo se pone en plan pasivo-agresivo al ver a un rival. Ayyy, esos celos.

En esas, Alex le dice a Trini que tiene que poner 1200 euros para poder grabar el disco, pero ella no se echa atrás. Para celebrarlo, se ponen a cantar a dúo y Juanjo está a punto de convertirse en el increíble Hulk, pero se contenta con pararles la canción y mandarlos a casa.

Este es Juanjo viendo a Trini cantando con Alex y, a continuación, lo que está imaginando en este preciso momento...

"Juanjo destroza Alex, grrr"

Al día siguiente, Trini se presenta en La bamba en plena mañana para hablar con César, lo que sorprende a Juanjo que se declara dueño de César, xDD. Ahora me lo imagino en plan Khaleeshi: Where is my César? Soy tonta, lo sé, dejadme, xD. Bueno, Trini quiere pedirle dinero prestado a César para pagar lo del disco, lo que molesta todavía más a Juanjo. Trini le suelta que le tiene envidia porque él se rindió a la primera de cambio y dejó de tocar el saxofon y él le suelta una de las suyas, por lo que Trini le dice que por cosas como esa "no es Juanjo, SU Juanjo".

Trini se marcha y César la sigue para decirle que le dejaría el dinero, pero que todo está invertido en el karaoke, incluso lo que sacó de empeñar cosas. Eso le da la idea de empeñar la máquina de coser de Luisa, así que van los dos a cogerla (y César ve el CD de Trinidad y los liberados, xDD) y Paula les pilla. Trini intenta mentirle, pero César no se entera de nada y le suelta la verdad y Paula se molesta y se va.

Grandeza hecha CD.
Seguro que aún lo siguen vendiendo en las gasolineras.

Después, Trini y Alex se reúnen con el productor y ella descubre que el disco, en realidad, es una compilación de boleros con rollo hip-hopero. Con semejante propuesta, Trini acaba en La bamba y, encima, Juanjo empieza a vacilarla con el disco de Trinidad y los liberados. Trini le dice que, al menos, ella intenta cumplir sus sueños y Juanjo se pone a soltarle crueldades a mansalva. Hijo, que más que conquistarla, parece que quieras que se nos corte las venas con el chupito, pero mira que eres bruto.

Eso sí, Trini aguanta bien el envite y acaba contándole que no se va a ningún lado y que sus grandes éxitos será limpiar váteres y emparejar calcetines. Juanjo le dice que parece que no sabe que en ese barrio, además de eso, hay gente que la quiere... y mucho. Ay, que se le ha declarado. Que sí, que luego añade lo de su familia, pero todos sabemos que le ha dicho que la quiere. ¡Ohhh, qué bonito!

Trini le cuenta que Paula la vio empeñando la máquina de coser y que la odia. Por eso, cuando llega a casa y Paula la llama, empieza a justificarse, pero Paula le dice que no está enfadada. De hecho, tanto ella como Nacho se muestran hasta ilusionados con la idea y Trini se queda más contenta.

Al día siguiente, un mensajero le trae a Trini la máquina de coser y cuando El abuelo pregunta qué hace en medio del pasillo, los sobrinos la salvan diciendo que van a terminar de coser un vestido de Luisa. Cuando se quedan a solas, le preguntan qué ha pasado y Trini les cuenta que no va a haber disco, pero que no es culpa de ellos y que, de hecho, le gusta bastante estar en casa. También les explica que el mayor sueño de Luisa fue tenerlos a ellos y que ella no tiene prisa con la música.

Y ahora llega La Escena. Con mayúsculas, negrita y subrayado.

Trini va a haber a Juanjo a La bamba vestida con el vestido que acaban de coser, tan guapa ella, y así se lo dice. Juanjo se hace el despistado, pero Trini le hace ver que se ha dado cuenta de que ha vendido el saxofón para comprar la máquina. Juanjo lo niega hasta el final, inventándose candidatos, pero los dos saben lo que hay y se acaban besando. ¡Hostia, qué guay! Y en cinco episodios. Yo que ya iba mentalizada a que nos tendrían con amagos hasta el final de temporada, pero no, ¡habemus besaco (y lo que no es besaco) en el quinto episodio, wiiiii! ¡Qué feliz que soy!

Ni que decir tiene que poté arcoíris, hice un par de acrobacias y tiré cohetes, ¿no?

Por otro lado, hoy los guionistas han decidido centrarse en Lucía, lo que ha estado muy, muy bien y nos ha dado unos momentazos cojonudos. Todo ha empezado cuando en el karaoke César está preocupado porque Lucía lleva más de un día sin aparecer, porque no le parece propio de ella. Juanjo, la alegría de la huerta as usual, señala que no la conocen y que hay algo raro en Lucía: les oculta algo.

En esas, llega Lucía tan contenta, le arrea un beso a César y el pobre está a punto de atacarse a sí mismo de confundido que se queda. De hecho, las sorpresas no acaban ahí, ya que Lucía se ha puesto en plan creativa con los gin-tonics y les explica que la noche anterior se encontró con un ex novio (más bonico, con rastras y un piercing, palabras textuales de Lucía) y que se pilló tal curda que no vino a trabajar. Con semejante panorama, Juanjo se agarra un rebote del quince y no entiende nada, pero César sigue todo feliz, sobre todo porque ella le ha dicho que un piercing le sentaría bien.

Luego, cuando están cerrando La bamba, Lucía celebra que ha colocado unos cuantos gin-tonics y besa a César. Él lo comenta, asombrado, pero ella le dice que eso no ha sido un beso y entonces le come la boca a base de bien. César está a punto de convertirse en fuegos artificiales, sobre todo cuando ella le dice lo especial que es y tal y, entonces, se lo frunje ahí mismo.

A César le gusta esta imagen, xD.

Al día siguiente se lo cuenta a Juanjo, que no es demasiado buen público para estas cosas y no le canta el tell me more de Grease, que pegaba mucho. Es entonces cuando pasa lo de que Trini va a buscar a César y tal.

Por la noche, Lucía está de mal humor porque el ambiente del karaoke no es el mejor y nadie canta e intenta forzar a Candela, La cuñada y La poli a que canten. César tiene que ejercer de conciliador, mientras Juanjo contempla todo extrañado. Lucía no logra calmarse y decide ser ella la que levante el ambiente y se pone a cantar Euphoria... eufórica, desatada, en brote y todos los palabros parecidos que se os ocurran. La tía lo peta, ¿eh?, pero es que encima los caretos de César y de Juanjo son de enmarcar, xDD.

Me he quedado con las del final de la actuación, pero toda ella es fantabulosa total.

Lo malo es que con al eufórica actuación un cliente intenta sobrepasarse con Lucía y, cuando César va a defenderla, acaba cobrando él. Por suerte, Juanjo acude al rescate, aunque la pobre Lucía se queda todo acongojada.

Al día siguiente, cuando Lucía vuelve al karaoke se encuentra a César herido y a Juanjo un poco más hostil de lo habitual. César le habla de adicciones, de que se puede salir de ahí (visualizando, of course), mientras que Juanjo directamente le exige que deje lo que se está tomando. Lucía, entonces, les explica que el problema es el contrario: ha dejado de tomar litio, que controla su bipolaridad. Lucía decide dimitir y se va y César se queda sin saber qué hacer, pero Juanjo lo manda detrás de ella.

César le dice a Lucía que se quede, que la rutina le vendrá bien y ella le dice que no la quiere de camarera y que, si le rechazó, fue por todo eso. César le pregunta si, entonces, le gusta y Lucía le responde que se merece algo mejor, aunque él no crea que haya nada mejor. Lucía le explica que, sin medicación, todo son líos, pero que con ella no siente nada, así que, si se queda, no debe pasar nada. César dice que se conforma con estar cerca de ella, que sólo eso le hace feliz y, al final, logra convencerla para que se quede.

Y para el final me he dejado a la familia de los del bar y los cuñados, como siempre, aunque en esta ocasión la trama ha estado centrada en estos últimos y ha molado que les den más protagonismo, sobre todo a Carlos que, quizás, era el que más desapercibido había pasado hasta ahora.

La cuestión que, con la voz en off, Carlos comentaba lo guay que era su vida, mientras iba por el parque con su hermana... hasta que han visto a su padre morrearse con una tía. Los hermanos han intentado esconderse detrás de un árbol, he de destacar el ejercicio de sincronización, pero no tienen claro si los ha visto o no. Carlos cree que deben contar lo que han visto, mientras que Alma cree que deben callarse porque cree que su padre no les ha visto... y en esas aparece Armenteros con regalos fantabulosos totales (en mi opinión tenía que haber cantado Candyman mientras los daba) y les dice que no le digan nada a su madre. Vamos, que les ha visto.

Espionaje sincronizado.

Y, mientras que Alma es más receptiva al chantaje, Carlos se china de lo lindo cuando su madre le insiste para que se ponga las zapatillas nuevas. La cuñada cotilla no entiende nada, así que Carlos le acaba contando la verdad. Al rato, Alma le dice que se va a liar una buena, que no debería haber dicho nada, cuando llega Armenteros en casa... ¿y hacer algo su mujer? Nada.

De hecho, para sorpresa de Carlos, en la cena los dos están tan normales y se dedican a darle la murga con el fútbol, mientras Alma le saca unos botines a su padre. Eso es ser práctica. Carlos ya se nos indigna y se larga.

Al día siguiente, La cuñada les cuenta una versión de la historia que parece sacada de una película Disney y, mientras que Alma traga, su hermano no. Empieza a recordar los regalos que le ha hecho su padre a su madre, a ver si eran por otro malentendido. Como Alma le exije que se calle y la madre no dice nada, Carlos se vuelve a ir, ofendido. Si es que, en serio, yo lo entiendo: qué parados todos en esa casa, madre.

Por su parte, Candela le comenta a La poli que tiene que comerse las sobras del bar y que cree que le está pasando factura, junto a la rutina, por lo que La poli le ofrece que la acompañe a hacer yoga. A Candela lo de dejar el bar solo no le parece bien, pero Mariano la anima, incluso se le ocurre que Jeco le eche una mano. Total, que las dos chicas se van y, al quedarse a solas con su padre y Cefe, comenta que en el bar siempre es lo mismo, que siempre pasa lo mismo... y a Mariano se le cruzan los cables y deja a Jeco a cargo de todo para sacar a Cefe de paseo... ¡que tiene piernas! Eh, ha sido Jeco quien se ha sorprendido y lo ha llamado Teleñeco. Bien, así me gusta, Jeco, diciendo teleñeco y no la ridiculez de Muppet.

Jeco: "¡Coño, Ceferino, pero si tienes piernas!"
Soy muy fan de la frase.

Cuando Candela vuelve del gimnasio y Mariano de dar una vuelta, se ponen a hablar y una cosa lleva a la otra y... Pues eso, sacad conclusiones ;P Al día siguiente, Candela tiene que limpiar el bar, así que le echa la bronca a Jeco... hasta que ve la súper caja que ha hecho, que los deja a todos flipados. Si es que al pobre lo tenéis súper subestimado, si no es un inútil, sólo un poco desastre.

Por ambas cosas (la caja y el polvo), Mariano manda a Candela al gimnasio de nuevo, mientras él decide quedarse con Jeco en el bar. Es entonces cuando llega Carlos, que, recordemos, acaba de marcharse de casa, y le pide una cerveza a su primo. Éste se la da a escondidas, mientras Mariano está muy ocupado con la pedazo de clientela que ha traído su hijo.

Más tarde, Alma lo ve bebiendo y le dice que le van a pillar, pero Carlos le echa en cara que esté pasando de todo y está tan contenta con sus cosas. Alma le dice que también le gustaría mandarlo todo a la mierda y gritar la verdad, pero que, entonces, se divorciarían y lo pagarían ellos dos y que prefiere que lo pague el padre. He de decir que, además de que me gusta ver la interacción entre hermanos, me está pareciendo muy guay las reacciones de ambos, no sé, como que muy reales. Me mola. Uy, que me enrollo, sigo: Alma decide irse, dejando a Carlos a solas con Paula que se preocupa por él e intenta hacerle ver que no es el único con un padre cabrón. Carlos, en vez de aprovechar la situación y desahogarse con alguien que le va a entender, entra el bar.

Hijo, Carlos, con lo mona que es Paula, que encima va a ver como estás y tú pasando. Ainss.

En esas, Mariano se da cuenta de que su nueva clientela es menor de edad, así que está a punto de matar a su propio hijo. Pero ahí no se acaban los problemas para Mariano y es que Carlos se agarra una curda tan maja que acaba cayendo en coma etílico y tienen que llamar a la ambulancia y todo, mientras las chicas regresan del karaoke y lo descubren todo.

Al día siguiente, Carlos no dice nada a la hora de desayuno y su padre empieza a echarle la bronca por lo sucedido y porque ese día va un ojeador a verle jugar y lo ha desaprovechado. Cuando la madre intenta mediar, Carlos estalla de una vez... y se lleva una señora yoya de Armenteros por hablar así a su madre.

Carlos va a hablar con Jeco, saltándose el partido, ya que está harto. Jeco le dice que no deje el fútbol porque le gusta y se le da bien, no como a él que no logra hacer una a derechas. Ay, en serio, qué majico es Jeco, para que luego siempre le crean un inútil redomado y le pase lo mejor. Pues no lo merece, leches.

Ya podrían darnos más escenas de los primos en plan amigos, molan.

Por su parte, Candela ha decidido pasar del yoga y Mariano le promete que no volverá a cagarla, pero que no lo deje, que se lo pase bien. Candela le explica que no se lo pasó bien al creer que no la necesitaban. Mariano le dice que el bar sin ella no funciona, pero que es lo de menos, porque la necesita para todo lo demás. Ella se emociona y le pregunta qué es todo lo demás, pero Mariano no le sabe responder. Ay, pobre, se le ha acabado el romanticismo de tanto usarlo, como a la Jurado, xDD.

Además, Armenteros le regala un colgante a su mujer en compensación y ella le pregunta si le quiere. Él dice que sí, por lo que La cotilla le pide que se lo demuestre, como cuando Mariano le cantó a Candela y Armenteros dice que, si ella se lo pide, contrata una orquesta para cantarle una de Plácido Domingo. También le pide que despida a esa chica.

Eso ha sido todo por esta semana. El próximo episodio se presenta un poco apocalíptico en el tema parejil, pero, bueno, yo voy a seguir pensando en cómo ha terminado este. Eso sí, la trama de Alma y Paula tiene muy, muy buena pinta.

4 comentarios:

  1. Gran capítulo. Muy fan de las reacciones de César y Juanjo ante la digievolución de Lucía.
    A Juanjo se le ha visto mucho el plumero cuando Trini ha aparecido con Willy.
    Ya te dije que la familia perfecta no era tan perfecta. La cuñadísima necesita demostrar que Candela y Mariano se llevan mal, para así sentirse ella bien ante su mal matrimonio (vaya bicho).

    Lo que más me gusta de la serie es que sus personajes y las relaciones de estos son muy reales y te puedes identificar con ellos muy fácilmente.

    PD: Los comentarios de Jeco son un puntazo, como el de Ceferino, que jartera de reír me entró. Creo que todos tuvimos la misma reacción que él xDDD

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Oy, oy, es que la canción de Euphoria y César y Juanjo estuvieron de 10, qué risas y, al mismo tiempo, qué artistaza es Roko.

      A mí me pareció que el tema de la cuñadísima y el marido fue un poco ambiguo porque no nos dejaron claro si ella lo sabía, si no era la primera vez y tal. De todas maneras, así como a Mariano y a Candela siempre los he visto enamorados, a estos no, los veo más seguir juntos por inercia y el qué dirán.

      Es como Los protegidos al principio, muy humana, tierna y cercana. No sé, la verdad es que todos los personajes me molan y tiene un no sé qué que los hace muy humanos. Hasta los cuñadísimos que no me caen especialmente bien, por llevar el papel que llevan, también me lo parecen.

      PD: Jeco es grande. Me encanta. Además, tanto me hace reír como me emociona. La prima debería darle una oportunidad, que él se lo merece.

      Eliminar
  2. se besaran carlos y paula en esta temporada

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo espero y creo que sí. Aún quedan cuatro episodios y, de momento, no se están andando con rodeos. Me imagino que Carlos intentará conquistar a Paula y, me imagino, que lo conseguirá en el final de temporada. Aunque, bueno, es lo que yo creo, ¿eh?

      Eliminar