viernes, 14 de marzo de 2014

Con el culo al aire 3x01 - De vuelta al camping

Este miércoles regresó Con el culo al aire a Antena 3 con su nueva temporada y algunas de las novedades que ya sabíamos. No fue el episodio más gracioso, pero estuvo a la altura y fue un gran principio de temporada y fue tan guay verlos a todos de nuevo. Todas las tramas estuvieron muy relacionadas, así que la crónica va a ir tal y como ocurrió todo. ¡Viva el batiburrillo! ¡Y vamos a ello!

El final del verano llega al camping, los turistas se van, al igual que Pocoyó que se nos va a Nueva York y, por eso, busca desesperadamente a Eli, que está trabajando de azafata. Además, la ex de Ángel le ha denunciado por llevarse a su hijo cuando no le tocaba y a Lola la han despedido de la tienda del camping... por ná, tontás, montar una barra libre en el súper.

Pero la mayor novedad es que... ¡Los marqueses están embarazados! Por eso, hay celebración general... y es que, en realidad, Coco es la embarazada y, cuando vendan a los cachorritos, se van a forrar. De ahí la celebración y de los Picachurreros, Ángel, Sandra y El Atapuerca decidan estar pendientes de su inversión, vamos, la pobre perra. Todo esto es tan 101 dálmatas... salvo por la parte de los abrigos... que serían abrigos Coco Channel. Venga, va, perdonadme el chiste.

Jorge: Dios, qué chiste más malo, me voy a dar la bebida.
Oye, majo, que los he oído peores, o si no pon Zapeando, eh, eh.

Mientras, Lola intenta volver a trabajar y, aunque le da la vuelta a todo lo que dice Chema, no lo logra. Si es que le has dado en lo que más le duele, Lola: en la cartera. Y, como encima, tiene pruebas de que era una trabajadora horrible, no puede denunciarle, así que se va. ¿Sin más? ¡No! Le pilla dos botellas para cobrarse el finiquito en chupitos. Soy muy fan del estilo de Lola, muy fan.

Cuando vuelve a su caravana, a Dani se le cae el mundo encima, sobre todo porque las soluciones de su madre no son muy... vamos a decir asequibles: que Dani deje de estudiar, que venda su hígado... Hombre, si Lola vendiera uno a la ciencia, seguro que pasta sacaban, total, seguro que no necesita formol ni nada. Bueno, Dani le dice que es un desastre y, al sacarle todas las faltas, le recuerda que se casó con Paulino, así que deciden sangrarle, como buena mujer casada.

A todo esto, Pocoyó le hace un regalo a Ángel porque se va y eso: le arregla una cita con su ex y consigue que ésta le permita ver a su hijo porque le ha contado que ha cambiado. Pero lo importante no es eso, ni que Pocoyó haya hecho algo por alguien, sino que según la ex, o La hermana con mala leche de Ana Morgade (he de acortar el mote, lo sé), estos llevan con el tonteo desde la uni. Hostia, Jorge es la relación más duradera de Ángel. Qué bonito. Me emociono.


Begoña: Ohh, qué bonito, sí, sí, ahora sé por qué mi matrimonio fracasó.

En el camping, mientras tanto, PeluVilma le cuenta a Dino que Nico no ha ido a clase porque, ná, no había humo, ni alarmas de incendios... Cuando le preguntan, Yuki sale en su defensa y dice que todo es culpa de Dino, por convertir su fiesta de cumpleaños en un taller de hacer churros. Oye, pues podía ser peor. Al menos los churros se comen. PeluVilma intenta poner orden, pero entonces Yuki le dice que la llama Polichonera (FAN), así que se pica y decide dar una lección a todos. Según Yuki, deberían comprar petardos de 50 euros y callar bocas. Que digo yo: ¿qué hará con los petardos exactamente porque Yuki es tó chunga? En serio, tengo curiosidad.

Para sorpresa de los cuatro, Dino y PeluVilma organizan una señora fiesta con atracciones y toda la pesca. Dulce, generosa como es ella, no deja de alucinar con que paguen todo eso y ella tenga un móvil de tarjeta. Ahí, yendo a lo importante. Para su información, en realidad, no han pagado nada, pues la feria es de un primo de Dino que le deja pagar a plazos. Se lo está presentando a PeluVilma, cuando Javi llega todo contento para regarle a Dino un peluche que le ha conseguido en una tómbola. Si es que es un amor de hijo, un amor :3

Pero, claro, no todo les iba a salir bien y, al final, resulta que El primo es otro chungo del quince o más (¿la familia de Dino que tiene en el ADN? ¿Espinaca incrustada o qué?) y le exige el dinero, por lo que Dino le ofrece los cachorritos de Coco. El primo acepta, pero también se quiere llevar a Javi... que vendría a ser el primogénito. Muy Rumpel todo, la verdad. Cuando El primo se larga, Javi sigue encantado con él porque le ha dado unas botas, pero Dino le abre los ojos y el ejemplo que da... En serio, ¿qué les dan para que sean tan chungos en esa familia?

El primo: Venga, primo, ya sabes que las ferias siempre tienen un precio.

Los marqueses, por su parte, no se fían de Sandra para supervisar el embarazo de Coco, así que la llevan al veterinario. La pobre Coco está embarazada y, claro, le da por mear como la peña sangra en las pelis de Tarantino. Pepelu le riñe, mientras se pone a limpiar su querido coche, y Coco aprovecha para pirarse. ¿Irá en busca del padre de sus cachorros? ¿Es para quedarse con ellos? Yo aquí veo una telenovela.

Al mismo tiempo, Pocoyó está usando a Paulino de catador, cuando se le presentan Lola y Dani para ejercer de familia de Paulino. Y en ese momento preciso Rosa Ruano vuelve al camping en un súper descapotable, por lo que Paulino decide aprovechar que Lola está ahí para darle celos... y, de paso, provocarle traumas a Sandra.

Más tarde, cuando Dani va a la caravana, alucina con lo limpio que está todo y es que tienen un nuevo Paulichacho, que hace de todo para que Lola le dé celos a Rosa Ruano. ¡Hasta cocinar!

El Paulichacho, disponible en dos modelos: el del delantal de La abeja Maya y el de Mowfli, el koala.

Pocoyó, que pasa de todo esto, va a ver a Chema para preguntarle por Eli, pero Chema no tiene ni idea. Pocoyó le insiste en que se va a Nueva York, aunque si Eli se lo pide, se quedará. Chema, entonces, se lamenta: ¿por qué se va Pocoyó? No, hombre no, porque tiene que gastar dinero en llamar a su hermana y decirle que vaya al camping para hablar o que le cuenta todo a Pocoyó. Porque, claro, vale que ha gastado dinero en llamar, pero gastar gasofa es otra cosa muy distinta y el código moral de Chema se lo impide.

Mientras, Ángel lleva a su hijo (que es Beckham de Yo soy Bea, ayyy, qué guay) al camping y flipa un poco con el nene. Perfectamente comprensible, por supuesto, ya que el pobre se pone a merendar una ensalada de espinacas (que son El mal). Es muy triste, lo sé, es incluso más triste Timmy Cratchit. Ángel, dispuesto a enseñarle lecciones vitales, le pasa el bollo por el morro y lo convence para probarlo y, claro, el niño se flipa. Ángel le dice que con él podrá comer todo lo que desee y Manu le pide macarrones con chorizo, ya que se lo pidió a los Reyes magos y, en cambio, le trajeron cuerdas para el violín. Vale, en serio, no sé si echarme a llorar o llamar a los servicios sociales. ¡¿Qué clase de infancia le están dando a este pobre niño?!

Ay, la cara del niño al mirar el bollo es lo mejor. Pero lo mejor.
Ahora no dejo de preguntarme: en un concurso de comer bacon, ¿quién ganaría: Manu o Ted Mosby?

A Ángel se le apodera su vena Fermín, dice "oído cocina"... pero luego llama a Pocoyó para que cocine. Así que, los dos y Sandra acaban viendo a Manu jalarse los macarrones con la misma cara que si estarían viendo a Perry, el ornitorrinco, vamos. En esas llega La gemela mala de Ana Morgade (sigo en proceso de acortar), así que tienen que esconder los macarrones (Manu se aferra a su último trozo de chorizo como a la vida) y disimular.

¿La buena noticia? Ana Malaleche no se pispa. ¿La mala? Que a Sandra y a ella les falta tirarse de los pelos casi desde que se ven: que si Ana Malaleche es una chamán que repite clichés, que si Sandra es enana... En el fuego cruzado de pullas los damnificados son Ángel, que su ex no le deja ver a su hijo más si está con Sandra, y Manu, que acaba creyendo que se va a morir por comer fruta, xD. Pobrecito, Sandra, ¿has visto cómo es su madre? ¡Que la fruta es mejor que las espinacas! Por cierto, definitivamente las espinacas están relacionadas con la chunguez.

A todo esto, Los marqueses siguen con la búsqueda de Coco, pero, nada, que no la encuentran. ¿Habéis probado con un llamamiento perruno? ¿Por qué todo me recuerda a Disney hoy? No lo sé. Bueno, sigo. Están comentando la situación, cuando aparecen los Picachurreros y Paulichacho para visitar a Coco y, ¿qué hacen Los marqueses? ¿Contar la verdad? ¡No, mentir cual bellacos! De hecho, Pepelu acaba a cuatro patas sobre su cama, fingiendo ladridos...

xDDDDDDDD.

Y Dino y Alicia lo pillan en cero coma porque, al parecer, es el ruidito que hacen Los marqueses cuando frunjen. Ahora mismo estoy muy traumada, seriously. Bueno, ante la pillada, tienen que contar la verdad y Dino se lamenta de que su primo le va a matar. En un principio, Paulino cree que todo es una jugada maestra de Los marqueses para no compartir (ahora me he acordado de Todos los perros van al cielo... aunque es apropiado, xD), pero ellos les acaban convenciendo de que es verdad.

No obstante, como los conocen, Dino les pide las llaves del Mercedes just in case. Pepelu no quiere perder dos hijos el mismo día, pero tampoco le queda otra, así que le da las llaves... que son de la despensa. Paulichacho se sorprende de que su maldad no descanse nunca y PeluVilma, muy seria, le confirma que es malo las 25 horas del día, xDD. Lo mejor es la cara de Pepelu, en serio, xDD.

Ay, esa cara, es superior a mí, xDDD.

Por la noche, Sandra se queja de lo sucedido con Ángel con su madre e intenta convencerla para que vuelva con Paulino. Éste aparece con su nueva familia y acaba consiguiendo una cita con Rosa Ruano. Pero eso es malo para Lola y Dani porque, claro, si Paulichacho vuelve con su esposa, a ellos no les mantiene. Dani, en un principio, no quiere formar parte, pero Lola le amenaza con darle ensalada de césped que se hace pasar por espinacas y acepta. ¡Ajá, otra prueba más!

En el despacho de Chema, mientras tanto, éste descubre a Coco comiéndose su gorra de la legión y se pone a gritarla. Jolín, Chema, con lo mona que es... En esas llega Eli en plan ninja-camuflaje y le cuenta lo de Pocoyó, pero Eli se hace la dura. Sin embargo, ni Chema ni nosotros le creemos. De hecho, Chema intenta convencer a Eli de que le dé una oportunidad a Pocoyó, peor no lo logra, así que se va a tirar a Coco al barranco, dejando a Eli sola en el despacho. Bueno, sola no, con su capucha.

Y es en ese momento cuando Los marqueses, que siguen buscando a Coco, van a preguntarle a Chema y encuentran a Eli de espaldas. Eli, encima, se pone a hacer ruidos raros y ellos creen que es un ladrón robando a Coco. Eli les amenaza si cuentan que la han visto y luego huye haciendo la croqueta, dejando a Los marqueses con el marrón. Éstos, siempre tan imaginativos, deciden echarle la culpa a alguien y que pague por ellos. Son tan buena gente. ¡Seguro que Sonso cocina muchas espinacas!

Eli is back... pero lo justo para amenazar a alguien y eso.

Al día siguiente, Paulichacho está nervioso por su cita con Rosa Ruano, así que se pone "guapo" y según las palabras textuales y acertadas de su nieta: va disfrazado de tonto del pueblo. Así que se ponen a hacer un Pretty woman con él, que no es tan exitoso como con Julia Roberts. A saber por qué.

Más tarde, durante el desayuno, Pocoyó y Ángel le están echando la broca a Sandra por el tema de Manu, mientras Pocoyó y Sandra se pelean entre ellos por Ángel, como siempre. Al final, acaba ganando el primero, ya que se le ocurre un plan fantabuloso para que Ángel vea a su hijo de nuevo: mandarle la foto de una hamburguesa para que el niño vaya al camping. Cuando el plan funciona, Sandra y Pocoyó siguen con su pique porque ella ha hecho la foto y dice que es gracias a ella que haya funcionado, mientras que él cree que es por su hamburguesa.

Manu, cuando llega, devora la hamburguesa para alucinación de las hijas de Sandra. De hecho, las niñas no están muy contentas con su hermanito porque creen que es un flojo, aunque acaban jugando con él... a conducir el descapotable de su abuela. Manu quiere pedirle permiso a su padre, pero las niñas son como Los siameses de La dama y el vagabundo y lo convencen.

Por su parte, Lola ve a Rosa Ruano y la llama para hablar y dejarle claro que Paulino es SU marido. Sin embargo, Rosa Ruano no quiere recuperar a su esposo, sólo quiere decirle que ha vendido la casa del pueblo y que, por tanto, él ya no tiene donde vivir. Rosa Ruano se despide para reunirse con Paulichacho y darle la mala nueva, aunque... bueno, digamos que la mujer se va un poco por los cerros de Úbeda... sin ropa y eso.

Y mientras eso ocurre, Lola les da la buena nueva a Ángel y a Sandra y él se preocupa. Cómo no. Ya se está viendo el pobre toda la vida con El atapuerca que no Paulichacho.

Preocupación sincronizada. Les doy un 10.

A todo esto, en la casa de los Picachurreros, PeluVilma está contentísima porque El primo ha vuelto, le ha regalado una joya y se ha llevado a Dulce para hacer un trabajito, en una nave de un polígono, donde va a trabajar con personas de Asia y Rusia y le van a pagar muy bien. Dino y Javi se preocupan y tardan cero coma en presentarse en el polígono.

Una vez allí, los cachean (según Javi los tocan donde ninguna chica lo ha hecho) y se adentran en la nave, que está llena de... cosas raras, en realidad. Javi se lamenta de que van a morir por la Porculera y eso que no les cae bien, xDD. Javi insiste en irse, pero los dos encuentran a Dulce... que no se está prostituyendo, sino vendiendo ropa. De hecho, El primo ahora se quiere quedar con Dulce, pero Dino no pasa por el aro.

Javi Jones (y Tapón) en busca de la Dulce perdida.

Los marqueses, por su parte, le piden a Pocoyó que les haga una visita y le regalan un bizcocho, además de pedirle que diga que ha atropellado a Coco. Jorge no quiere porque, vamos, tonto no es, pero Pepelu le dice que, total, se va a ir y que, si lo hace, le darán información sobre Eli. El pobre Pocoyó, desesperado, acepta, así que Los marqueses le cuentan lo que saben sobre ella. Eh, eso es amor, pero amor del bueno. ¡Que se enfrenta a un linchamiento! ¡En ese camping! Es incluso más peligroso que irte de cañas con Cristina Pedroche y Arturo Valls y pedirles que te cuenten un chiste. Ahí queda eso.

Pocoyó va a pedirle cuentas a Chema y, de paso, les cuenta lo de Coco, incluido el dinero que se puede ganar con los cachorritos. Chema muta en el Tío Gilito, en plan calcular la pasta, los ojos con forma de signo de dólar... Entonces, despacha a Jorge, llama a alguien y se va corriendo. Pocoyó lo ve todo, así que se pone a seguirlo, creyendo que va a ver a Eli. Chema acaba en un bungalow, donde intenta recuperar a Coco de las manos de una vieja, pero ésta no quiere. Pocoyó, al descubrir el percal, flipa.

Al mismo tiempo, Ángel y Sandra descubren que Paulino ha triunfado, pero éste también descubre las verdaderas intenciones de Rosa Ruano. En medio de todo el jaleo, Rosa Ruano ve como un niño conduce su coche y sale en sábana para socorrer a su coche. Ángel sale tras ella con una manta, la tapa y en esas aparece Ana Malaleche que cree que se ha zumbado a Rosa Ruano. Todo podría ser rarísimo, pero entonces ven que Manu es el que ha estampado el coche con las hijas de Sandra y no es que las relaciones entre ésta y Ana Malaleche mejoren mucho.

En esas aparece Lola que se pone a defender a su marido, por lo que tanto ella como Paulino acaban cargándose el coche a hostias. Ana Malaleche decide llevarse a Manu y amenaza con llamar a su abogado y con no dejar que se vean. De hecho, sigue con esas, mientras Sandra atiende a Manu. Cuando ésta acaba, padre e hijo se despiden para mucho, mucho tiempo. Jolín, pobrecito Ángel, si es que más que El centollo, deberían llamarle El pupas.

Todo muy idílico y muy normal. Vamos, que no sé por qué Ana Malaleche se pone así.

Más tarde, los implicados en el tema Coco van a sablear la casa de Los marqueses y, por suerte, en esas llama Pocoyó para informarles de lo que pasa. Todos van a por Coco, pero nada, que la mujer no quiere renunciar a Coco por nada. Tampoco ayuda que crea que se la van a comer. Al final, a Dino se le ocurre un plan que, básicamente, consiste en darle el cambiazo a la buena señora. No os creáis que le ponen un perro parecido o del mismo tamaño, no, sino que le plantan un pedazo de perro de alucinar.

Al final, Ángel lleva a Pocoyó al aeropuerto... donde les esperan Ana Malaleche y Manu, algo que Jorge ha conseguido. ¿Pero esto qué es? Pocoyó está siendo súper bueno y generoso este episodio, yo lo flipo. Ni siquiera se ha planteado pirarse con Coco o algo así. Bueno, Manu está súper contento con pasar tiempo con su padre, por lo que Ana Malaleche se ablanda y decide dejar que se vean más, con la condición de que Manu no esté a solas ni con Sandra, ni con sus hijas, ni con Paulino. Vamos a admitir que esto último es lo más sensato... y normal.

Pocoyó se despide de los tres y se va a coger el avión. En ese momento, le parece ver a Eli de azafata, pero simplemente cree que está de la cabeza. Y no. ¡Es Eli de verdad! Eli alucina al ver que se va de verdad y corre para encontrarse con él, aunque no llega a tiempo. Y, arg, ¡yo quiero reencuentro! Me imagino que Eli irá a Nueva York, porque me suena de ver fotos en tuiter de los actores en Nueva York y, jo, en serio, quiero verlo y parece que en el próximo no va a salir ni uno ni otra.

El próximo, aún así, tiene una pinta estupenda con Ángel perdiendo su trabajo, el lío de la biblioteca (que le den cancha a toda la familia de Dino mola) y, sobre todo, la llegada de Llum Barrera. Yey =D

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