miércoles, 9 de abril de 2014

Capitán América: El soldado de invierno, Anthony Russo y Joe Russo, 2014

El viernes pasado fui a ver Capitán América: El soldado de invierno (que yo le habría titulado: Capitán América, todo dios le tira la caña, pero bueno) y, la verdad, ha sido de las películas marvelianas que más me han gustado. De hecho, aunque la primera entrega me sorprendió gratamente y me gustó, esta segunda entrega ha sido todavía mejor, como ocurrió con Thor: El mundo oscuro.

Tras todo lo ocurrido en Los vengadores, Steve Rogers (también conocido como Capitán América) está viviendo en Washington D.C., donde trabaja para Shield y Nick Furia, de quien no se fía demasiado. Pese a eso, Steve lleva una vida estable: trabaja con la Viuda negra, quien está empeñada en buscarle una cita; ha conocido a Sam Wilson, un veterano de guerra; le gusta su guapa vecina...

Sin embargo, tras una misión en apariencia sencilla, el mundo de Steve se viene abajo cuando un misterioso hombre aparece: es un famoso asesino, El soldado de invierno. Y, con su aparición, la situación se complica de tal manera que Steve y Natasha se ven obligados a actuar al margen de Shield cuando los toman como traidores y prófugos. Sin saber qué ocurre y en quién confiar, ambos deben investigar un misterioso pendrive y enfrentarse al Soldado de invierno, alguien más cercano a Steve de lo que él mismo se imagina.

Bueno, como no me gusta spoilear, he contado el argumento de la película un poco de aquella manera (aunque la identidad del Soldado de invierno es de cajón, pero bueno). Además, los giros en esta película son importantes, pese a que algunos sean bastante predecibles, ya que no estamos ante la típica película de superhéroes. Sí, hay acción a raudales, explosiones, hostias a mansalva y personas uniformadas súper molonas, pero el argumento no se ajusta al de las demás películas de este tipo: aparece malo, muy malo, amenaza al mundo y protagonistas deben luchar contra él y, de hecho, tras unos primeros asaltos reñidos, acaban ganando.


El soldado de invierno, en cierta manera, es más un thriller de espionaje que una película de superhéroes al uso. Y la cuestión es que funciona muy, muy bien. Durante las dos horas y media de película es imposible despegar la mirada de la pantalla, ni desconectar del argumento. No sólo es entretenida, sino que es trepidante y a mí, personalmente, me gustó muchísimo la línea argumental.

Pese a que el verdadero villano estaba claro desde el principio, tanto su plan como las averiguaciones que van haciendo Steve y Natasha, están muy bien orquestados, tienen sus migas y, sobre todo, deja una situación de lo más interesante.

Además, en El soldado de invierno tampoco nos encontramos con un malo al uso. Sí, es cierto que la idea de que el verdadero enemigo esté escondido y la cara visible no deje de ser una marioneta ya la han usado (Ironman 3, sin ir más lejos), pero en El soldado de invierno le han dado varios giros de tuerca y no deja de hacer la película más interesante. En primer lugar, porque El soldado de invierno es todo un badass y da gusto verlo repartiendo leches; en segundo lugar, porque al ser alguien tan cercano a Steve dota a la historia de un halo de tragedia y dilema que hace que te acabes implicando, que no sea una historia tan típica o sencilla, pues la crueldad de la historia del Soldado de invierno tiene su miga.

Y, como en buena película Marvel, esa trama de espionaje y drama personal está acompañada de unas grandes escenas de acción y, también, de humor, que son de agradecer. De hecho, en El soldado de invierno esa mezcla entre drama, acción y escenas más ligeras está mucho más conseguida que en Thor: El mundo oscuro, que pecaba de pasar de un estado a otro con brusquedad.


Otra de las cosas que me ha gustado mucho de esta secuela es el tratamiento de los personajes. Creo que ya lo dije, pero me repetiré por si acaso: nunca he sido fan del Capitán América de los cómics, es demasiado recto y perfecto, por lo que es un personaje predecible y soso. Sin embargo, Chris Evans y el guión han hecho que me vuelva a sorprender y encantar el personaje.

En primer lugar, porque se nota su paso por Los vengadores, sobre todo las escenas que compartió con Tony Stark: ya no cree en nada ciegamente, se hace preguntas y tiene claro que Furia es un espía y, por tanto, oculta cosas. Personalmente creo que está muy conseguido que mantenga ese espíritu del Capi, con su moral y su heroicidad, pero con ese toque de desconfianza y de humanidad.

En segundo lugar, porque, de nuevo, Chris Evans dota de adorabilidad al personaje, de cierta inocencia e inseguridad, que le hace todavía más humano. A fin de cuentas, Steve no deja de ser un hombre que ha pasado setenta años hibernando. Por cierto, sigo flipada no, lo siguiente, porque su lista de tareas pendientes incluya a Camilo José Cela y Héroes del silencio. Ahora me lo imagino cantando Entre dos tierras, dándolo todo.

Por suerte, no sólo El Capi sale reforzado, sino que se le da más protagonismo y se explora más a otros viejos conocidos que, hasta el momento, habían pasado como de puntillas. Porque, al menos a mí, La viuda negra me daba la sensación de que estaba ahí como representante femenino; ni siquiera le sacaron algo de chicha a la situación con Ojo de halcón en Los vengadores y quedaba eclipsada por otros personajes. No obstante, en El soldado de invierno me ha gustado mucho, más allá de verla pateando culos: como amiga de Steve (muy buena idea juntarlos y de esta forma, mola), como persona (sus momentos de duda, sus reacciones)...


Y lo mismo podríamos decir de Furia, que el buen hombre lleva paseándose por ahí desde la primera Ironman, pero sus apariciones eran más testimoniales que otra cosa.

En lo que se refiere a las nuevas incorporaciones, también tengo únicamente buenas palabras: Sam Wilson es un buen recurso cómico y, la verdad, verlo volar y pelear junto al Capi no podía ser más alucinante. Eso sí, ¿por qué han tenido que llamarlo Falcón? Joder, ¿tanto les costaba dejarle o bien Falcon o bien Halcón, que es como se le conoce en los cómics?

La otra incorporación que más me llamó la atención fue la del personaje de Emily Vancamp, Sharon, que no aparece mucho, pero para los que hemos leído los cómics o conocemos la historia pues sabemos que será importante. De hecho, tiene varias escenas muy molonas y el final deja claro que la volveremos a ver.

Para acabar la parte seria de la reseña, o donde no se me va la pinza (como queráis), sólo me queda señalar que no sólo Chris Evans está fantástico, sino todos los actores, sobre todo Sebastian Stan, que tiene uno de los papeles más extremos y, encima, con dos facetas completamente diferentes.


Y ahora, aviso, se me va a ir la pinza. Del todo. Por eso, si no queréis comeros spoilers o leer desvaríos, saltaos el párrafo siguiente.

La cuestión es que yo creo que El soldado de invierno es la película Marvel más romántica que han escrito jamás. Ni Tony con Pepper, ni Natasha con Ojo de halcón o, muchísimo menos, Thor con la pavisosa, la historia de las historias es la de Steve con Bucky. Que es un dramón, oye, pero es que se dicen unas cosas y hacen unas cosas con otros. Yo qué sé. Bucky tiene el cerebro lavado, pero ve a Steve y empieza a recordar. ¡Coño! Un beso y lo arregla del todo al más puro estilo Once upon a time. De hecho, hasta con segundo lavado de cerebro incluido, salva a Steve... quien casi muere porque no quiere ni herir, ni dejar que le pase nada a Bucky, convertido en un arma mortal controlada por un loco. Lo dicho, súper romántico todo.

Vuelvo a la normalidad un párrafo más para comentar que el final es sencillamente brutal y que deja abiertos varios caminos interesantes: desde el cambio en el juego, como quien dice, que se tiene que ver reflejado en Agents of Shield, hasta los detalles de las películas que se verán. Por un lado, con la primera escena post-créditos que da pistas sobre la segunda parte de Los vengadores y, por otro, la trama que queda abierta para la tercera película del Capi.

9'5/10

PD: Como soy como soy, me hizo una ilusión tremenda ver la vara de Loki... eh... vale, eso suena un poco bastante mal... ¿no? Mmm, a ver esto: el cetro de Loki. Suena mejor, ¿verdad? Bueno, vamos, que me ha molado lo que no está escrito ver el cetro y comprobar que, aunque no salga, Loki siempre se las apaña para estar presente en todos los sitios, xD.

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